Galería: Karlie Kloss, la modelo programadora
Este 2019 no hubo peregrinación de modelos hasta las oficinas de Victoria's Secret en Nueva York para realizar un importante casting; ni fotos filtradas de los outfits que usarían las modelos sobre la pasarela del Victoria's Secret Fashion Show; ni mucho menos el mediático espectáculo televisado en el que se podía ver a importantes rostros como Elsa Hosk, Kendall Jenner o las hermanas Hadid caminando en ropa interior con alas colgadas a sus espaldas. Por eso que el pasado 22 de noviembre se hiciese oficial la noticia de que el Victoria's Secret Fashion Show se había suspendido de manera indefinida no pilló por sorpresa a nadie.
" El desfile ha sido una parte fundamental del éxito de la marca y un aspecto clave para la compañía ", decía Stuart B. Burgdoerfer, Director financiero de L Brands -grupo textil al que pertenece la compañía-, pero apuntaba: " Ahora toca trabajar para mejorar nuestra imagen y así comunicársela a nuestras consumidoras ". Fue precisamente la ausencia de modelos que no estuviese dentro del canon de belleza establecido por la moda (medidas 90-60-90, rondar los 180 centímetros de alturas, etc.) tanto en su desfile como en su publicidad lo que hicieron que poco a poco sus clientas estuviesen más alejadas de la marca y a favor de otras que si apuestan por todo tipo de cuerpos reales.
A esto se le sumaron también las declaraciones en su contra que han ido dando importantes modelos que formaron parte del desfile e incluso de la marca en los últimos años. Bella Hadid reconocía que nunca se había sentido segura sobre una pasarela de lencería hasta que desfiló para Fenty, la marca de Rihanna y que este 2019 organizó un desfile que acabó sentenciando la muerte del VSFS; y también Karlie Kloss confesó que en su momento había colgado las alas de ángel de la marca (en 2017) antes de terminar su contrato por un motivo muy distintos a los que se había alegado: no, no había dejado de ser un ángel por matricularse en la Universidad de Nueva York y estudiar una ingeniería -que lo hizo-, sino que ya no se sentía cómoda con la imagen de mujer sexy que vendía Victoria's Secret.
" El estereotipo de mujer que vendían no era realmente uno con el que me sienta identificada. El mensaje que quería mandar con mi abandono era decirle a las mujeres jóvenes de todo el mundo que se puede ser bella de muchas maneras ", y añadía: " Creo que ese ha sido un momento clave en mi lucha feminista. Quiero ser capaz de tomar mis propias decisiones y crear mi propia narrativa, ya sea a través de las marcas con las que trabajo o a través de la imagen que proyecto a los demás", decía en una entrevista para la edición británica de Vogue en su publicación del mes de julio de 2019.
Ahora, en plena promoción de la segunda temporada de 'The Project Runway', programa de diseño del que es presentadora, la empresaria no ha dudado en opinar también sobre la cancelación del famoso show en el que participó 5 años: " Todo esto es un reflejo del mundo en el que vivimos ahora. Creo que las consumidoras buscan marcas que sean inclusivas, sostenibles y que defiendan todos los tipos de cuerpos. Por eso a Victoria's Secret le toca evolucionar ", decía con su característica simpatía en las noticias NBC.
El intento desesperado de Victoria's Secret por salvarse
Uno de los principales problemas de la marca de lencería en los últimos años es la abrupta bajada en ventas y los enormes gastos que tienen en publicidad. El desfile anual era un gasto millonario así como el arsenal de modelos a los que han ido colocando las alas oficiales de ángeles que lleva implícitos contratos restrictivos pero a su vez también millonarios. Tras anotar su peor dato de audiencia en el Victoria's Secret Fashion Show de 2018, unas palabras pronunciadas por el que por aquel entonces era su Director creativo, Ed Razek, acabaron de cavar su propia tumba.
" ¿Deberíamos contar con modelos transgénero en el show? No, no creo que debamos. ¿Por qué? Porque nuestro espectáculo es una fantasía. Es una programa de entretenimiento de 42 minutos. Eso es lo que es. Es único en todo el mundo y cualquier otra marca de moda lo aceptaría, incluso los competidores que nos atacan. Y nos atacan porque somos líderes", unas palabras que le llevaron a ser destituido de su puesto. Por si esto fuera poco, uno de sus ángeles más longevos, Behati Prinsloo, salió en su defensa echando más leña al fuego: " La gente necesita entender que es un espectáculo. No dice nada negativo ni positivo sobre ningún tipo de cuerpo, esto es lo que es ". Tras todas estas declaraciones, importantes rostros como la cantante Halsey o Rihanna denunciaron públicamente lo xenófobo de toda esta polémica.
En un intento desesperado por salvarse, Victoria's Secret empezó a abrir poco a poco la puerta a la inclusividad con cambios que, a ojos del mundo, era una auténtica tontería. La primera fue añadir cuatro nuevos rostros a su séquito de ángeles entre los que se encontraba dos supuestas medidas revolucionarias: por un lado, Barbara Palvin, una supuesta modelo 'plus size' cuyos 56 kilos en casi 180 centímetros no convencieron a nadie; y Alexina Graham, un hito histórico por ser el primer ángel pelirrojo de la marca en casi 30 años pero que no dejaba de ser otro cuerpo escultural más. Conscientes de esto, intentaron ir más allá con nuevas incorporaciones. Por un lado, Valentina Sampaio fue la primera modelo transgénero en modelar para la marca -que no en ser un ángel oficial-; así como la incorporación de la modelo sevillana Lorena Duran, reconocida como 'plus size' que había trabajado ya para otras marcas como Violeta by Mango o Intimissimi. ¿Los resultandos? Igualmente nefastos.