Como cada año en el mes de noviembre, alguna ciudad del mundo se convierte en el centro de todas las miradas por acoger el desfile más importante de mundo de la moda: el de Victoria's Secret. Tras tocar tierra -o despegar, según se mire- en Londres, París y Shanghái, de nuevo el escuadrón de ángeles volvió a desfilar en la ciudad que fue testigo de su primer desfile allá por 1995, Nueva York. Pero este desfile no era igual que los anteriores por muchos motivos.
Adriana Lima cuelga sus alas
El primero y más importante no es precisamente de mucha alegría para los fans de la marca y el mediático desfile: el ángel más veterano colgaba sus alas. Poco o nada se sabía de Adriana Lima desde hacía semanas. Desaparecida de las redes sociales, tampoco apareció por la oficinas de Victoria's Secret para las tradicionales pruebas de vestuario. Pero como no podía ser menos, hizo su anuncio 24 horas antes del gran desfile y por todo lo alto, concretamente en la cima del Empire State Building. Pero tanto secretismo y posterior anuncio a bombo y platillo no traía nada bueno consigo. Tras 19 años trabajando para la marca de lencería y 18 desfiles a sus espaldas -se ausentó un año por estar embarazada-, Adriana Lima dejaría para siempre de ser un ángel oficial.
Aún que aseguraba sentirse igual de nerviosa que en todas las ocasiones anteriores -o sea, mucho- ella misma sabía que dar los últimos pasos sobre la pasarela que más veces recorrió no iba a ser fácil. Y no tardó ni un par de segundos. En cuanto se abrieron las puertas de la pasarela para abrir una de las secciones del desfile, Adriana Lima no pudo contener las lágrimas. Rompió a llorar y así lo hizo durante todo su paseo. Saludando a los allí presentes que se pusieron en pié para ovacionarla, no desaprovechó su parada al final de la pasarela para agradecer también a la audiencia que será testigo de todo esto el próximo 2 de diciembre todos los años que la vieron a través de la pequeña pantalla. Y así, tras tantas especulaciones, llega a su fin la carrera como ángel de Adriana Lima y también el fin de la conocida 'Golden Era' de ángeles dejando todo el camino libre a la nueva generación.
La apertura de Taylor Hill
Y esa nueva generación sería la encargada de protagonizar todos los grandes momentos del desfile. Y el primero de ellos es nada más comenzar: la apertura. Año tras año una de las angelitas oficiales es escogida para ser el primer rostro en aparecer sobre el escenario. Un privilegio que muy pocas tiene el placer de disfrutar y que este año cayó en una de las más jóvenes: Taylor Hill. La americana que se convirtió en ángel en 2015 fue la encargada de abrir el Victoria's Secret Fashion Show 2018. Algo que además hizo con unas alas rojas. Ella, junto a Elsa Hosk, son las únicas modelos de la nueva generación de ángeles que tuvieron el places de vivir esta experiencia -hasta la fecha-.
Elsa Hosk y el Fantasy Bra
Y de una principiante a otra. Si Elsa Hosk era la encargada de abrir el desfile en 2016 y de portar el 'Swarovski's outfit' en 2017; en este 2018 solo le quedaba un objetivo por conseguir: el Fantasy Bra. Y así fue. Revelado apenas 48 horas del desfile (y 24 antes de su 30 cumpleaños), la sueca lució la pieza durante la sección 'Dream Angels', homónima del propio sujetador ' Dream Angels Fantasy Bra '. Aún que todo un honor para ella haber sido escogida, desgraciadamente su sujetador joya no pasará a la historia por su elevado precio, todo lo contrario, si no por quedarse rondando el 1 millón de dólares. Un cifra que por unos cuantos centavos no llegaría ni a considerarse un sujetador millonario.
Romee Strijd y el 'Swarovski's outfit'
Y otra de las piezas más valiosas del desfile es el 'Swarovski's outfit', uno de los atuendos compuesto con miles y miles de piedras preciosas que hacen que su valor sea mucho más elevado que cualquier otro look. Por este mismo motivo, ser escogida para lucirlo es otro de los grandes privilegios del gran día. Y este 2018 la encargada fue Romee Strijd. La neerlandesa fue quién apareció sobre la pasarela con un body transparente con diferentes motivos dibujados con piedras preciosas y una enorme estrella a modo de alas a su espalda. Todo esto con más de 2.000 diamantes de la famosa marca de joyería.
El regreso de Candice Swanepoel y Behati Prinsloo
A quienes no les hizo falta ningún atuendo importante para convertirse en el centro de atención fue a los ángeles Candice Swanepoel y Behati Prinslo o. Ambas se convirtieron en madres por primera y segunda vez casi al mismo tiempo y en tiempo récord. Anunciaron su primer embarazo tras el desfile de 2015; no desfilaron en 2016; y solo la primera volvió a desfilar en 2017. Eso sí, embarazada -aún que por aquel entonces nadie lo sabía-. La segunda dio a luz a su segunda hija en febrero mientras que su compañera lo hizo en junio. Así que en un tiempo récord la dos modelos pusieron sus cuerpo a punto para pasearse por Nueva York en ropa interior como si por ellas no hubiese pasado nada -aún que no dejaron de repetir una y otra vez que ahora son dos madres muy felices y que los cuerpos ya no son los mismos-.
El regreso de Kendall Jenner y Gigi Hadid
Quienes también hicieron su regreso a la pasarela fueron Kendall Jenner y Gigi Hadid, aún que sus motivos fueron mucho más polémicos que los de sus compañeras. La integrante del clan Kardashian el año pasado tuvo que declinar la invitación a desfilar en Shanghái porque tenía un importante contrato publicitario con la competencia -la también marca de lencería La Perla-. En cuanto a la segunda, lo suyo fue un problema -literalmente- de Estado. La mayor de las hermanas Hadid se quedó sin poder poner un pie en China tras haber protagonizado meses atrás un vídeo en el que salía imitando los rasgos asiáticos junto a una galleta con la cara de Buda. Unas imágenes que hicieron que el país asiático pusiese el grito en el cielo y comenzase una campaña para boicotear a la modelo . Así que cada una con sus problemas solucionados, volvieron a subirse de nuevo a la pasarela de sus sueños. Y sí, ambas se colgaron las famosas alas a sus espaldas.
El gran paso de Winnie Harloe
Y tras conocerse públicamente que las ventas de Victoria's Secret estaban cayendo de manera importante -basta con mirar el valor del Fantasy Bra-, el motivo principal que se alegaba era s u estancamiento en los canon de belleza del cuerpo de la mujer que siguen vendiendo a pesar de la evolución de la mentalidad producida en los últimos años. Sí bien las 60 modelos escogidas para formar parte de este Fashion Show 2018 cumplían a raja tabla el canon obligatorio de 'altura superior a 1,80' y 'medidas 90-60-90', había una que rompía moldes dentro de la marca: Winnie Harloe, la modelo con vitíligo que se convirtió en tiempo récord en una de las modelos más importantes del momento rompiendo así todos los moldes interpuestos en el mundo de la moda hasta el momento. Con su tez negra y blanca al mismo tiempo, la modelo canadiense paseo por la pasarela hasta en dos ocasiones demostrando que los problemas están en ojos de quién los quiere ver.
Más modelos, más secciones y más actuaciones
Sin duda este último desfile de Victoria's Secret fue de los más opulentos de su historia. Además de contar con un ejército de modelos más grande lo normal -un total de 60 aparecieron sobre la pasarela-; el equipo de Victoria's Secret también contó con más secciones temáticas que nunca (un total de 7) acompañadas todas ella de actuaciones en directo (Leela James, The Cainmokers, Kalsea Ballerini, Rita Ora, Shawn Mendes, Halsey y Bebe Rexha).