Ailanto es una marca que se acerca más a lo artístico a través de sus estampados, reconoce la forma del cuerpo femenino gracias a la ligereza de sus tejidos y sabe cómo aunar moda y arte en una misma pieza. Siguiendo sus propias guías estéticas y alejados de las tendencias comerciales, se centran en dar un sentido más profundo, personal y estudiado de su producto. Los dos hermanos que dirigen esta marca española se han ganado el respeto de muchos países a través de su trabajo, reflejado en las oportunidades de exhibición que han tenido en ellos.
Del Norte al Mediterráneo.
La marca es creada en el año 1995 por los gemelos Iñaki y Aitor Muñoz en Barcelona, pese a que sus nombres no dejan lugar a dudas de su procedencia al norte de la península. Procedentes de Bilbao, ambos se adentran en la Ciudad Condal con las ideas claras de sus futuras formaciones. El Diseño de Moda y la Licenciatura en Bellas Artes respectivamente les darán las alas para crear uno de sus mayores tesoros.
Aunque no será hasta el año 2010 cuando puedan alzar el letrero de su firma, situada primeramente en Barcelona y seguida de la de Madrid dos años más tarde. Sus establecimientos tienen ese aire cosmopolita, de calidad y personalidad propia que respiran las marcas como Ailanto. Un espacio rodeado de aparente sencillez, a pesar de exponerse una serie de piezas prácticamente únicas.
No será hasta el año 2018 cuando los hermanos se adentren en el mundo online y dejen a un lado el tratamiento personalizado que tenían hasta el momento. Pese a las compras realizadas a través de la pantalla, ellos siguen la misma filosofía de negocio con la que empezaron, aunque adaptándose a los pequeños cambios digitales poco a poco.
Lo que hace de especial a Ailanto.
Cuentan con una inspiración artística muy evidente. Como en la colección primavera/verano 2019 donde el Jardín del Edén y sus formas vegetales se recrearon en las formas volátiles, delicadas y semitransparentes ?en referencia al desnudo de Adán y Eva- durante la pasarela de Mercedes Benz - MadridFashion Week 2018; pasarela a la cual son habituales.
Ailanto tiene ese juego de selección de colores y formas geométricas que se ven influenciados directamente por los movimientos vanguardistas del momento. Lo que no quita que sean corrientes de moda separadas de las tendencias más comerciales.
Además, la delicadeza de sus piezas son un logro que se consigue a través de tejidos finos, los cuales les permiten aportar una serie de texturas y movimiento al cuerpo femenino cuando estos se cubren con un Ailanto. También saben aportar esa parte más manual gracias a los bordados preciosistas que dan el toque único de cada vestido. Juegan mucho con lo visual, como un centro de atracción hacia la pieza; y lo amoldan al cuerpo femenino gracias a los cortes.
Se alejan siempre de los colores estridentes y no son seguidores de las partes ajustadas del cuerpo, más allá de una cintura marcada para resaltar la fluidez de la falda, las mangas de la blusa o conseguir una caída perfecta de volantes. Se podría decir que sus líneas son perfectamente femeninas y feminizadas al modelo clásico de patronaje, pero con los toques actuales y los movimientos artísticos del momento.
Un público muy objetivo.
El público habitual de Ailanto se caracteriza por ser habitual paseante de las zonas donde se sitúan sus dos tiendas físicas. La que está situada en Barcelona (Carrer Enric Granados, 46) está cerca de la Avinguda Diagonal, rodeada de edificios modernistas en su construcción, pero con espacios gastronómicos y de reunión muy actualizados. Además, se observa un foco de proliferación de negocios de este tipo, donde las tiendas de moda de autor también deciden alejarse del centro comercial, como Teresa Helbig o Maria Roch.
En la situación de Madrid, la capital acoge una tienda de Ailanto muy cerca de la Calle Génova, el Paseo de la Castellana y la zona de Goya (Calle Orellana, 14). En resumen, sus piezas no están al alcance de todos, aunque los precios no son descomunales teniendo en cuenta la calidad de cada una de ellas y de todo el trabajo que hay detrás.
Los abales de Ailanto.
En compensación por los esfuerzos de los hermanos bilbaínos, han sido varios los galardones que Ailanto se ha conseguido ganar a lo largo de su trayectoria. Dos de los más reconocidos de carácter nacional son los homenajeados por la revista Glamour y Marie Claire, ambos concedidos en la categoría a Mejor Diseñador Español.
Tras esto y su paso por la pasarela de Madrid de manera constante, Iñaki y Aitor Muñoz consiguieron entrar a formar parte de la ACME en el año 2005. El tener un asiento en el consejo de la Asociación de Creadores de Moda de España no es solo un honor, sino que también supone un deber con la creación de moda en nuestro país.
En territorio extranjero, Ailanto también ha sabido hacerse entender. Claros ejemplos de su talento son las exposiciones en grandes galerías de arte, como el Victoria & Albert de Londres y la embajada española en esta ciudad, el Cervantes Institute de Tokio, el Decorative Arts Museum de Moscú o el Queen Sofía Spanish Institute de Nueva York y de nuevo en la embajada de España de la ciudad yankee. Incluso han llegado a diseñar el uniforme oficial del personal del Museo Guggenheim de Bilbao.
Entre sus colaboraciones.
Ailanto no alberga todo ese prestigio solo de su producción propia y de sus variadas aportaciones en el suelo reservado a los artistas, sino que también cuentan con numerosas colaboraciones que han permitido acercar su marca a aquellos que no sabían de ella. Algunas marcas incluso alejadas del diseño textil como tal.
Entre la lista de trabajos nos encontramos con facilidad a empresas del tipo Lladró y sus figuras, W Hotels con sus servicios de hostelería, los cafés de Nespresso, la inolvidable Chupa-Chups, Naf Naf, TATA Motors, Gioseppo, Campari, L?Orèal, Hazel... Una serie de experiencias que han hecho crecer el espacio que dominan y controlan más allá de una simple estampación o un bordado sencillo.
