Narsicista y con un ego por las nubes, le gustaba llamarse así mismo, el ' aprendiz eterno '. Adicto al trabajo durante casi medio siglo, convirtió la elegancia en la base para cualquier diseño y creación. Escogió a la actriz del momento y coronó su carrera como lo que es hoy en día, un icono. Audrey Hepburn como musa. Son muchos los adjetivos que se pueden utilizar para describir a Hurbert Taffin de Givenchy, quien a los 91 años falleció tranquilo, mientras dormía. El modisto francés consiguió que su nombre se situara en la élite de la alta costura y el pret-a-porter junto a otros referentes como Chanel, Gucci o Loewe. El diseñador consiguió convertir la moda en algo más que una simple prenda, y es que cada una de sus colecciones era digna de exposición. Colecciones que eran vistas como una obra de arte.
Las carreras de ambos artistas conocieron la fama y el estrellato tanto en la pantalla grande, como en las calles. Givenchy fue el creador detrás de looks tan icónicos como el 'little black dress' que vestía la actriz en la apertura de 'Desayuno con diamantes'; y vestidos míticos que la actriz lució en 'Sabrina' y 'Una cara con ángel'. Hepburn no solo se convirtió rápidamente en musa del diseñador, sino también una amiga y confidente cercana a su circulo que asistió a su espectáculo final en 1955. Un creador con personalidad, estilista de celebridades como Jackie Kennedy o Elisabeth Taylor y cuya estela se apagó en 2018 a sus 91 años. El modisto y creador francés se convirtió en una leyenda de la alta costura en todo el mundo y para quien " el vestido debe acomodarse al cuerpo de la mujer, no el cuerpo de la mujer a las formas del vestido".
LA SEDA Y LOS BORDADOS COMO PUNTO DE ENCUENTRO
Un equipo de sastrería y fantasía que ha permitido a su directora creativa, la británica Clare Waight Keller, convertirse en una de las creadoras más influyentes de la industria de la moda y reconocida en los prestigiosos British Fashion Awards 2018. La colección que desfilaba sobre la pasarela evolucionó en propuestas construidas sobre volantes impresos en gris y naranja, los cuales rápidamente transmutaron en elegantes vestidos plisados en tres dimensiones con siluetas fantásticas y degradadas. Entre bastidores, encontramos la inspiración de Keller para imaginar esta colección. Dos disciplinas artísticas, poesía y moda, convergen como perfectas sinergias en el jardín metafórico del castillo de Sissinghurst, ubicado en el sureste de Inglaterra, ideado por la escritora y aristócrata que inspiró "Orlando"; también instantáneas de las primeras creaciones de Hubert Givenchy, como eje central y punto de encuentro en la imaginación de su directora creativa.
La seda se convierte en el tejido por excelencia para dibujar y estructurar vestidos fluidos, tridimensionales y volátiles, como si la creación fuera un globo. Clare rindió homenaje a los primeros años de Givenchy como creador del lujo francés y a todas las claves de la moda de los 70. Trajes blancos, bordados de flores y mucho color, el estilo hippie es uno de los más acertados de la historia, pase el tiempo que pase. Los vestidos de novia fueron el colofón final del desfile, a la espera de que una nueva Duquesa de Sussex los elija. De hecho, según ha publicado el diario 'The Sun', Meghan Markle estaría en negociaciones para una futura colaboración con Givenchy, ahora que el matrimonio ha decidido divorciarse de la casa real británica. Información que no ha sido confirmada por ninguna de las partes, por ahora.