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ADICCIÓN

Compras compulsivas: del deseo a la deuda

Compras compulsivas: del deseo a la deuda
Irene Solaz
Última actualización: 26 Octubre 2012
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A la inmensa mayoría de las mujeres nos gusta comprar, pero algo nos diferencia de quienes sufren una adicción: ellos compran más de lo que pueden, y no logran parar.
Una mujer muy feliz con varias bolsas tras haber ido de comprasEl gusto por las compras no implica ser comprador compulsivo

Inmersa en mentiras desde que llegó a España hace ocho años. Los anuncios televisivos y el sencillo acceso a los créditos bancarios han tentado a Beatriz R. hasta la ansiedad, y es que no siempre tiene al día los pagos de la cuota de la hipoteca. Cae rendida a su adicción y así cura sus heridas, pero sólo en ese momento es feliz. Al llegar a casa ya no tiene dónde ocultar su realidad, y le invade la culpa. Beatriz es una de las muchas caras ocultas detrás de una adicción tan desconocida como la compra compulsiva.

En los centros comerciales Beatriz aprieta sus adquisiciones en una sola bolsa para que las dependientas no sepan que tiene la enfermedad, y oculta la adicción a sus padres comprando sola y cambiándose en el garaje. Sucumbe ante colecciones de ropa y zapatos, pero sus mentiras rebajan levemente la vergüenza que le provocan sus gastos excesivos y los préstamos de unos progenitores que dudan de si su condición le permitirá vivir independiente económicamente.

Es importante diferenciar a un comprador compulsivo, de una persona a quien le gustan mucho las compras. En el primer caso encontramos culpabilidad porque gasta más de lo que se puede permitir y no puede evitar hacerlo, mientras que en el segundo no hay razón para sentirse mal. Esta conducta disfuncional, al igual que en otras psicopatologías, interfiere en el desarrollo natural de su vida ya que cualquier excusa y momento son perfectamente válidos para comprar: así, si no está comprando, está planeando su próxima visita a las tiendas.

Una mujer compra en una tiendaComprar es necesario, pero con moderación

¿Por qué algunas personas tienen adicción a las compras?

Muchas causas pueden ayudarnos a comprender por qué algunas personas cruzan la barrera de las compras responsables. La vida consumista, las tarjetas de crédito que nos permiten comprar sin esperar a que tengamos el dinero real, o incluso un déficit del neurotransmisor serotonina, responsable del placer y la tranquilidad, pueden estar detrás de esta adicción que deja a muchos en deuda.

La compensación es el mecanismo de defensa psicológico. Para la asociación Vida Sin Juego, es la solución rápida para la "insatisfacción vital intensa", con una compra que produce placer y remedia emociones negativas como la tensión, el aburrimiento o la soledad.

Sentimos ansiedad, y en las tiendas buscamos eliminarla. Pero las emociones negativas que sentimos regresarán (después de gastar un dinero que no tenemos en un producto que no necesitamos), de manera más intensa porque ahora se añade el sentimiento de culpa.

Paquetes y bolsas con ropa y joyasComprar cosas que no necesitamos es un síntoma del problema

Beatriz busca su solución

Un mal día le dirigiría automáticamente a las tiendas, pero trata de evitar las compras sustituyendo esa salida por actividades sanas. En su bolsillo guarda el dinero imprescindible, siempre en efectivo. "No es vida", asegura Beatriz R., quien admite su enfermedad y quiere controlar esta compulsividad. "Algo que he aprendido de una amiga es que si no estreno una prenda al cabo de unas semanas, no me la pondré, y la devuelvo".

En una asociación de jugadores, Beatriz y otros tres adictos a la compra comparten síntomas con un grupo numeroso de víctimas de la ludopatía que preguntan a los compradores cómo llevan su enfermedad e intercambian experiencias con ellos.

Además de grupos de terapia, los adictos a las compras también pueden acudir a un psicólogo clínico. Es importante tratar de relajarse en esos momentos de ansiedad, analizar las prioridades de compra para adquirir solamente aquello que realmente necesitemos y buscar ayuda, porque hay mucha. ¿La más moderna? Descargarse en un smartphone una aplicación para llevar siempre la lista de la compra, formada únicamente por lo imprescindible, y seguirla al pie de la letra.

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