La cena de gala previa a la ceremonia de abdicación al trono de la entonces Reina Beatriz de Holanda tuvo lugar en el Rijksmuseum de Amsterdam, donde los sucesores Guillermo y Máxima, recibieron a sus invitados en un evento que sacó a relucir el lado más glamouroso de los herederos de las Casas Reales.
Máxima de Holanda optó por rescatar uno de sus vestidos favoritos y no por ello defraudó. Lució un espectacular vestido rojo de volantes plisados de Valentino, su diseñador favorito tal como explicábamos en el análisis de su estilo; que ya utilizó en la celebración del cumpleaños del Príncipe Carlos de Inglaterra en el año 2008.
El impresionante Felipe Varela de la Princesa Letizia
Después de los herederos al trono holandés, los primeros en presentarse fueron el Príncipe Constantino y su mujer Laurentien, que acudió con un elegante vestido de color azul de media manga con ligeros plisados acompañado por un clutch y sandalias. Ambos fueron acompañados de Mabel, la mujer del príncipe Friso, que lució un vestido rojo y muy similar en corte al de Máxima pero con volantes de flecos combinado con una tiara del siglo XIX.
Tras ellos hicieron acto de presencia los príncipes de Asturias, ambos luciendo un elegante y riguroso negro. La Princesa Letizia elegió un impresionante diseño de Felipe Varela de seda y encaje chantilly negro con bordados de flores azabache en el pecho. El vestido lo completó con unos peep toe de Pepe Amat para Magrit, un clutch también en color negro y una tiara floral de la Reina Sofía, la misma que llevó la Infanta Cristina en su enlace con Iñaki Urdangarín
Otra de las princesas más acertadas en su elección fue la Princesa Victoria de Suecia. Fiel a su estilo, la princesa eligió un vestido de tirantes en color berenjena adornado con una flor muy favorecedor y una tiara de amatistas que perteneció a la emperatriz Josefina. Estefanía de Luxemburgo, por su parte, deslumbró gracias a un vestido gris perla con brillantes lentejuelas talladas.
El poco acierto de Mette-Marit de Noruega
Llamó la atención la Princesa Mette-Marit de Noruega, que optó por un vestido en t ono rosa palo estampando con cuello caja y manga larga que poco o nada favorecía su figura y que desentonaba para una cena de gala. Quienes si estuvieron más acertadas fueron las princesas Mary de Dinamarca y Matilde de Bélgica.
La primera volvió a demostrar su buen gusto en lo que a moda se refiere y lució un elegante vestido de noche con cuello barco de encaje y manga francesa en tonos beige con falda de satén. Además, llevó la tiara de diamantes y pendientes de perlas de su boda. En cuanto a la Princesa Matilde, eligió un elegante y precioso vestido de seda natural en color gris plata de corte asimétrico y plisados acompañado de un clutch metalizado y una tiara de diamantes, regalo de la nobleza belga en su boda. Muy apropiada apareció también la Princesa Lala Salma de Marruecos, que eligió un caftán de ceremonia en tonos beige y plata, tal y como dicta la tradición real marroquí, decorado con una tiara de diamantes.
La apuesta por lo clásico de las princesas veteranas
La Duquesa de Cornualles acudió junto al Príncipe Carlos de Inglaterra con un sencillo, discreto pero elegante vestido en blanco y negro acompañado de una tiara Boucheron que el príncipe heredó de la Reina Madre de Inglaterra.
La Princesa Margarita de Holanda eligió un vestido de cortes clásicos y rígidos con estampado floral que combinaba diferentes tonalidades de gris. Mientras, Sofía de Liechtenstein acudió discreta pero apropiada en un vestido de dos piezas claramente distinguidas que presentaba unos hermosos bordados florales y falda en tono café mate.